Ayer, en el medio de la Avenida San Pedrito (la continuación de Nazca), me encontré a una bebé de alrededor de dos años, con pañales, caminando a cuestas y esquivando autos. Cruzé sin mirar, hice malabares para agarrarla y me quedé esperando alguna señal de búsqueda de algún padre preocupado, pero no había nada. Nada. Después de unos minutos (que para mi fueron una eternidad) el empleado de un estacionamiento la reconoció: "Esta nena es de la parrilla de acá al lado"... yo y unos cuántos imbéciles más, que a esta altura no sabían si tenerme miedo por mi cara desencajada o lástima por mis manos temblorosas, nos acercamos a la parrilla desde donde se podía divisar en la mitad del salón a una infradotada que de mujer no tenía nada, mirando toda la escena cual espectador de la obra más siniestra de los últimos tiempos. Mi angustia y la impotencia me cegaron... no atiné a más que decirle que la cuide y que la podía pisar un auto. Me fui sin mirar para atrás... y en mi mente la cara de la inútil que se hace llamar madre, pensando en todas aquellas mujeres que no pueden tener hijos y que darían sus ojos por tener la posibilidad de criar con amor a una criatura. Después llegaron las preguntas acusadoras: "¿El sólo hecho de tener un hijo da el derecho de ser madre?, ¿Cuánto vale una vida y por qué cualquiera puede adueñarse de un ser sólo porque se fusionaron dos células compatibles en el curso de la reproducción sexual ? ¿Lo biológico tiene que ver con la capacidad de criar, contener, amar, poseer un instinto maternal?"
Evidentemente, gracias a la adopción, podemos decir que no. Gracias a aquellas mujeres que abandonan a un bebé en un tacho de basura, otra mujer puede experimentar el placer de amar a una persona. Pero, lamentablemente, existen estas mujeres "al paso", estas impertinentes que tienen hijos "de casualidad", que rompen con todas las leyes de la vida y no son ni dejan ser. No crian a sus hijos, ni son madres. Son las responsables de los futuros delincuentes, las que aparecen en Crónica al grito de "Quiero justicia para el que mató a mi hijo" y terminan en la mesa de Mirtha Legrand explicando lo que es el paco. Me indigna pensar que estas abominables producciones que van en contra de la naturaleza puedan tener hijos. Debería existir una ley a favor de ligar las trompas antes de que aconteciera semejante obra de Dios... obra que no les pertenece ni les perteneció jamás. Vivimos hablando de la violencia en todos lados, de la inseguridad que padecemos pasivamente por un lado, y de la que somos responsables, por otro. Un niño es siendo pegado, abusado, prostituido, asesinado o inmolado: es mercancía barata. Es un huesped familiar que se torna enemigo cuando la comunidad rechaza el límite como defensa y la defensa de algunos límites necesarios para la constitución del ser humano. Todos somos responsables por estas pseudomadres que libran al azar la vida de alguien indefenso, sin voz ni voto.
Entonces, ¿Cómo se fabrica un delincuente?: Cuando el Estado evade el amparo que le corresponde brindar a la población y elude acciones de limitación que no es lo mismo que represión social, cuando las instituciones olvidan el sentido para el cual fueron creadas y prefieren la comodidad de la burocracia y la corrupción, cuando los hombres se esconden de sus responsabilidades ante los otros y, por lo tanto, de su función de transmisión de la Ley, entonces la sociedad en su conjunto está en riesgo y cada ser hablante queda al borde del delito.
Siempre suelo oír la frase "esto es la ley de la selva" para graficar la falta de códigos que enfrenta a unos con otros, pero en la selva, no suele una especie atacarse a sí misma. El hombre es el que tiene la "virtud" de proyectar la propia agresividad homicida en su semejante. Tenemos ese juego loco de darle consistencia a un otro para definirse a partir de lo que no es y a su vez no soportar que el otro sea.
Cuando visiten la parrilla "La patagonia rebelde" (si es que se animan a entrar) sepan que hay una infanticida en potencia, estúpida, libidinosa que viola todas las leyes humanas y cometió la imprudencia de no usar preservativo.
Ahora que lo veo con más calma... no le tendría que haber dicho nada... debería haberle pegado hasta dejarla inconciente.
martes, 21 de julio de 2009
Madre hay una sola... (que no te toque esta)
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Que hija de re mil puta!
ResponderEliminarHasta que dijiste el nombre de la parrilla y la ubiqué mentalmente pense que estabas contando una historia inventada!!!
Hay que matarla a esa hdp!
Dios mio
Me gusta tu discurso.
Yo te voto
Increible!!!!....la ignorancia....creo que esto no es tan anormal, al menos en este pais, no?.....es historia repetida....diaria....
ResponderEliminarObvio que tiene que ver mucho con la falta de cultura y educación que hay, por algo el pais esta como esta. Pero no quiero irme por las ramas, además esto es mas grave, mucho mas grave de la situación del país, estamos hablando de una vida humana, de una nena indefensa.
Coincido con Diego, que hija de re mil puta.
Saludos
Yo la conozco a esa paraguaya de mierda!!!!
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